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PLAZA CULTURAL NORTE

PRS4032

PLAZA CULTURAL NORTE

Lima

|

Perú

2016

Autor:

Oscar González Moix

Entidad gestora:

Municipalidad de La Molina

Empresa constructora:

Desconocido

Memoria 

Respondiendo a la iniciativa municipal de difundir la cultura en distintos puntos del distrito, se pone en marcha una estrategia para salvaguardar algunos terrenos abandonados colindantes a parques públicos, con el fin de revertir el abandono y la inseguridad que se había enquistado en el vecindario. Entendimos entonces que debíamos activar un proceso creativo que involucrara a usuarios, vecinos, al municipio y al medio ambiente. Exploramos una arquitectura silenciosa, escondida, con la intención de construir un Paisaje Social que aporte un sentido digno, atemporal y estético a la vida cotidiana, y genere finalmente un lugar de encuentro, de reflexión, de alegría y momentos de asombro en un entorno integrado con la naturaleza. Materializar sensaciones, fabricar sueños, deseos y honrar la artesanía de la construcción con oficios locales adaptados a las nuevas experiencias contemporáneas. Crear una pausa en un mundo vertiginoso y contenerla en un espacio cuya materia prima se define por la Masa y la luz. Implantación El Proyecto se implanta en un terreno que colinda con el parque público “Palmar” y lo circunda un tejido residencial, con amable escala, que denota una imagen edilicia mixta entre lo formal e informal, develando una identidad honesta y con pertenencia. Concepto y partido El volumen principal se recuesta al lado noroeste del terreno, en donde es una incisión en el suelo la que define al recinto. Los elementos de apoyo que lo estructuran reciben de manera noble y sutil a una serie de vigas de hormigón visto, cuya situación responde a un patrón de funciones determinadas. Entre vigas y como elementos de cierre, se plantean losas de hormigón con inclinaciones alternadas, un techo verde con vistas generosas a y para los edificios colindantes. El resultado es un volumen de economía constructiva, funcional y formal. Observando el edificio desde el frente de acceso, el espacio nos invita a descender hacia su interior. Tras sumergirse en el entramado de vigas de concreto y pérgolas, atravesando un sendero de múltiples sensaciones y luces filtradas, La pausa se activa automáticamente. Este espacio fue pensado como transición y expansión de los talleres, oficinas administrativas y servicios. Patios de espera, descanso y juego que se desarrollan en ambos extremos del volumen principal. La fachada interior se abre hacia su patio, mientras que en la parte posterior se encuentra una fachada más cerrada, un patio jardín de usos múltiples y una agroteca. La materialidad Responder a la identidad y la cultura y su expresión en cualidades atemporales, exigía de nosotros el pensar en una materialidad que acompañe, que cobije y contenga nuestras ideas en una forma construida que sostenga y supere las pruebas del tiempo. Sin descuidar el entorno y los fundamentos disciplinares de la arquitectura, planteamos una imagen con una fuerte presencia tectónica, la que se funde silenciosamente entre la vegetación existente y encuentra en el hacer su fundamento y poética.

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