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PAVILHÃO SOCIAL DE PARAISÓPOLIS

PRS4034

PAVILHÃO SOCIAL DE PARAISÓPOLIS

São Paulo

|

Brasil

2018

Autor:

Ruben Otero, Ciro Pirondi, Anália Amorim

Entidad gestora:

Secretaria Municipal de Habitação, Prefeitura Municipal de São Paulo

Empresa constructora:

Carioca Engenharia

Memoria 

El Pabellón Social forma parte de los proyectos previstos en el Plan Director de Paraisópolis 2010-2025 elaborado por el equipo del Ayuntamiento de São Paulo. El objetivo inicial del proyecto era reubicar algunos programas educativos y sociales cuyas sedes debieron ser removidas por obras de infraestructura o por encontrarse en zonas de riesgo. Después de unos años sin cumplir con el uso previsto inicialmente, el estallido de la pandemia de Covid-19 provocó que la población de la favela (alrededor de 100.000 habitantes) se organizara para tomar las medidas necesarias ante la inacción del gobierno nacional. Cuando la arquitectura diseña espacios que fomentan la convivencia y el encuentro con la belleza, logra sus objetivos esenciales. El Pabellón Social de Paraisópolis representa hoy ese lugar para la comunidad. Su apropiación como lugar de uso cultural, social y educativo se fue estableciendo a lo largo de varios años, durante la pandemia y antes, desde su inauguración. Configurándose como un lugar simbólico, representativo y de resistencia, permaneciendo así hasta el día de hoy. Es allí donde la comunidad se reúne de manera democrática, deliberando sus acciones futuras. Los recuerdos en arquitectura son discontinuos, el Pabellón tiene recuerdos a lo largo de los años, muy representativos y diversos, tristes y felices. Entre ellos, espectáculos de ballet y música; jardín comunitario con ferias cada semana; local de entrega de alimentos y medicinas que, desde allí, abastece a Paraisópolis; centro de salud y en estos momentos, con la tragedia en el Sur de Brasil, un lugar para recolectar diversos insumos a favor de las personas sin hogar. El proyecto es un proyectil lanzado en el Tiempo. Cuando sale de la mesa de dibujo, gana vida propia. En Paraisópolis la realidad se mostró mucho más rica y generosa que nuestra imaginación.

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