NUEVA MUNICIPALIDAD DE NANCAGUA

La nueva Municipalidad de Nancagua, un pequeño pueblo rural en la zona central de Chile, postula a convertirse en un espacio público memorable dentro de la ciudad, capaz de albergar en plenitud una diversidad de actos cívicos. Así, el proyecto se centra no en la construcción de un volumen aislado, sino en la invención de un vacío inédito para dar cabida a la vida comunitaria del lugar. Al mismo tiempo, dada su cercanía al antiguo e ignorado Parque Municipal y a otros edificios de interés histórico, su emplazamiento apuesta por una reactivación y puesta en valor del patrimonio construido y natural, al vincular de manera efectiva la ciudad con el parque que se encontraba entonces en estado de abandono. Para lograr estos objetivos proponemos una plaza pública que conecta la ciudad con el parque, limitada en sus lados mas largos (norte y sur) por el nuevo edificio. Este nuevo espacio público, inexistente en el encargo del concurso, se transforma en el centro del proyecto: un vacío urbano que permite y fomenta la ocurrencia de un amplio tipo de situaciones y eventos no planificados. El nuevo espacio público enfrenta dos situaciones marcadamente diferentes y por lo tanto reacciona de manera distinta a cada una de ellas: hacia la calle construye un vacío en esquina que se abre a la ciudad, mientras que al interior de la manzana se vincula con el parque a través de un pórtico y escalinatas lineales que se levanta sobre el nivel del terreno. Estos dos umbrales funcionan de manera conjunta, conectando de manera efectiva la ciudad con el parque en una secuencia gradual y continua. De esta manera, se espera revertir la sensación de olvido del centenario parque, poniéndolo en valor y acercándolo a la ciudad. Tal como sucede en otros espacios públicos que recordamos, como el ágora de Assos en Grecia o la plaza San Marcos en Venecia, en este proyecto se privilegia la construcción de un vacío por sobre la construcción de edificios aislados. Espacios con una alta vocación pública, donde primero se crea y luego se ‘carga’ un vacío, de manera que se convierta en un catalizador de la vida pública. Galerías formadas por una columnata regular -que debe sus medidas y proporciones a las galerías de la que fuera la antigua casona del parque y que sirviera anteriormente como municipalidad, en un intento por transferir la vida existente al nuevo edificio- son las que definen y unifican este espacio público central. Al mismo tiempo, pero a una escala menor, más doméstica por así decirlo, es en estas galerías donde se da gran parte de la vida cotidiana que sucede en el lugar, ocultando tras ellas todo lo que de manera imprevisible e incontrolable ocurrirá al interior de los edificios.