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MUSEO ARQUEOLÓGICO Y CENTRO CULTURAL ORELLANA MACCO

PRS4015

MUSEO ARQUEOLÓGICO Y CENTRO CULTURAL ORELLANA MACCO

Puerto Francisco de Orellana

|

Ecuador

2015

Autor:

MCM+A Taller de Arquitectura

Entidad gestora:

Gad Municipal Francisco de Orellana, Fundación Alejandro Labaka

Empresa constructora:

Carol Alicia Cabrera Alava

Memoria 

Museo Arqueológico y Centro Cultural de Orellana El MACCO se concibe como un equipamiento cultural, ubicado en El Coca, en la amazonia ecuatoriana, que nace de una conjunción de voluntades y la existencia de una colección arqueológica de la Fase Napo de gran valor. Esta colección, resguardada cuidadosamente por el Vicariato de Aguarico y la Misión Capuchina, quienes desde décadas atrás han sido los custodios de este valioso patrimonio. En el año 2006 empieza a materializarse este sueño del Vicariato, con el entusiasmo y la decisión de Miguel Ángel Cabodevilla, conjuntamente con la municipalidad cantonal encabezada por la Sra. Anita Rivas, la fundación Alejandro Labaka dirigida en ese entonces por Milagros Aguirre y el equipo del taller de arquitectura MCM+A, encabezado por Rubén Moreira, juntos idealizan este proyecto como un sueño para esta región. El equipamiento es un Museo de Arqueología de la Cultura Omagua, Fase Napo, río afluente del Amazonas, y un espacio de encuentro de la comunidad indígena muy poco atendida, que busca mediante su arquitectura generar un diálogo intenso con el contexto natural y urbano, construyendo un lugar de encuentro y fortalecimiento social. El MACCO, está concebido como un hito urbano para la ciudad amazónica de El Coca (nombre oficial: Francisco de Orellana) y es el elemento articulador de varias actividades ciudadanas, teniendo como eje articulador una variada gama de manifestaciones culturales. El proyecto se ubica en la parte baja de la ciudad (sur), en un contexto armónico y respetuoso con la naturaleza, se encuentra estrechamente vinculado al centro de la ciudad y se presenta como un complemento del Malecón del río Napo. EL proyecto genera una libre integración de la ciudadanía con el edificio mediante una secuencia de espacios abiertos, semi abiertos y cubiertos que se van articulando unos a otros a través de un claro planteamiento circulatorio que se concreta mediante una planta baja libre y transparente enlazada con una rampa peatonal que guía verticalmente al visitante hacia los espacios museográficos, salas de exposiciones, biblioteca y como final del recorrido hacia la cafetería con una franca relación visual con el río Napo, principal actor natural de la ciudad y su entorno. En la planta baja está presente el tema ineludible de la Selva, mediante una conjugación armónica de agua y vegetación que envuelve el punto de encuentro central: un receptáculo vidriado, con forma de una célula orgánica, que contiene el punto de información, librería y tienda. A su alrededor, un entablado de madera conforma el espacio público que sirve para actividades culturales diversas, mismo que cumple, además, las funciones de ser el espacio urbano receptor de la movilidad peatonal y nexo con el auditorio. En el centro de toda la composición arquitectónica, elevado sobre la planta baja, se ha dispuesto el museo, un volumen prismático, contenedor de las piezas arqueológicas. A su alrededor, encerrándolo y separándolo al mismo tiempo, bajo un concepto de tensión espacial, se implantan tres bloques funcionalmente diferentes, pero complementarios entre sí, bloques que, en rigor, forman uno solo de menor altura que el central. El tema climático fue una preocupación permanente para el diseño, por tanto, el edificio se constituye en un auto generador de brisas, las mismas que serpentean entre los bloques amortiguando el fuerte calor tropical y refrescando los espacios abiertos de circulación. El conjunto de la edificación mantiene un diálogo permanente con el entorno inmediato constituido por el malecón y por la plaza cultural del lado norte que funciona como espacio de recepción urbano en la ciudad. Como ya se mencionó antes, el MACCO es el contenedor de una colección de piezas de arqueología amazónica de la Cultura Napo, y en particular de la cultura Omagua, cuenta con espacios complementarios a los expositivos tales como: Biblioteca, Reserva y Restauración, Auditorio (200 p), Taller de cerámica, Cafetería y un Bloque Administrativo. Desde su apertura en 2015 se ha convertido en un catalizador de dinámicas culturales y sociales, es el único centro cultural activo de la ciudad de El Coca, por lo que ha cubierto una importante necesidad colectiva, sirviendo a una población de 72.795 hab. Se destacan su coordinación de actividades con las instituciones educativas y la formulación de programas de identidad cultural y género.

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